La forma de Super Saiyajin Dios —con su distintivo cabello rojo y su aura divina— revolucionó Dragon Ball en 2013 con La Batalla de los Dioses, y luego se consolidó en Dragon Ball Super.
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Sin embargo, en la continuación no canónica Dragon Ball GT nunca la vimos, a pesar de que Goku se encontraba en plena forma y rodeado de aliados dispuestos a compartir su energía. ¿Fue solo una omisión de guión o podría existir una explicación dentro del propio universo de GT?
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El ritual divino… a medias
Para alcanzar el nivel Dios, cinco Saiyajin de corazón puro deben ceder su energía a un sexto. En GT, durante la saga de Baby, Goku estuvo al borde de la derrota frente al Gran Simio Dorado de Baby Vegeta. Allí, Goku contó con el apoyo de cuatro Saiyajin: Gohan, Goten, Trunks y Pan.
Les faltaba un quinto participante, pero de haber estado Bulma —convertida temporalmente en Saiyajin por la tecnología de Baby— el ritual habría sido completo, otorgando a Goku el poder para barrer a Baby sin recurrir a su forma de Mono de Fase 4.
La segunda oportunidad ante el Dragón de Una Estrella
Más adelante, al enfrentar al Dragón de Una Estrella, Goku recibió la energía de solo tres Saiyajin —Gohan, Goten y Trunks— elevándose a su estado “Full Power” dentro del Super Saiyajin 4. Si Pan o Vegeta se hubieran unido al aporte de energía, Goku habría dispuesto de la quinta chispa necesaria para aspirar al poder divino.
En ambos momentos clave de GT, la presencia de un quinto donante habría completado el ritual y desencadenado la transformación en Super Saiyajin Dios.
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Ventajas de un Dios en GT
Imaginemos a Goku GT con los atributos de la fase divina: velocidad, ki y resistencia superiores a cualquier otra etapa de GT. Su aura roja habría sobrepasado con creces el poder de los Dragones Oscuros y del propio Baby en su forma final.
De hecho, un Dios habría superado sin esfuerzo el nivel de Super Saiyajin 4, manteniendo la coherencia con la escala de poder de Super y anticipando la evolución posterior hacia Super Saiyajin Blue.
Conclusión: un “what if” que late en los fans
La razón oficial es sencilla: Dragon Ball GT se concibió antes de que Toriyama bosquejara la forma Dios, por lo que nunca entró en sus planes.
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No obstante, para los aficionados siempre quedará el ejercicio de imaginar ese instante en que Goku, gracias a un ritual completo, alcanzara la divinidad incluso en el viejo canon de GT, fusionando dos de las etapas más icónicas de su legado.